Los kurdos han cobrado un papel clave en la geopolítica de los EE.UU., que impulsa un rediseño del mapa de Medio Oriente con la creación de un nuevo Estado: el Kurdistán, con importantes mermas territoriales para Turquía, Irán, Irak y Siria. Turquía sufre la nueva política donde los kurdos del PKK que, apoyados por la OTAN, redoblan sus ataques, mientras que Erdogán, en un giro copernicano, se acerca a Rusia.
Por Marcelo Ramírez*